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  • Julio Baldosa

Cambia tu vida después de los 50

Después de los 55 años estás más cerca del final que del principio. Por más que ahora se diga que 60s son los nuevos 40. En resumen: envejecer no es sólo para los débiles de corazón. Si usted come sano y hace ejercicio puede impactar positivamente la calidad de vida a medida que envejece, pero aun así todos las personas envejecen. Tratar de evitarlo es una locura, aunque hay una industria multimillonaria que trata de ayudar a la gente a evitar el envejecimiento.


Las consecuencias físicas del envejecimiento varían entre las personas, y no son el verdadero problema del envejecimiento. El verdadero problema es nuestra perspectiva y nuestra incapacidad para aceptarlo y asimilarlo.


La vida más allá de nuestro propósito


La esperanza de vida en la actualidad es de más de 70 años. El mandato evolutivo de los seres humanos sigue siendo el de mantener al individuo para que tenga la oportunidad de procrear y prolongar la especie. En nuestro mundo, los antibióticos y las vacunas han hecho que muchas de las "plagas" y "fiebres" que mataron a nuestros predecesores sean inofensivas. Esa es la buena noticia.


La mala noticia es que los humanos están viviendo mucho más allá de la edad que la biología pretendía. La menopausia y la disfunción eréctil no eran problemas comunes en siglos anteriores porque la mayoría de las personas no alcanzaban la edad para padecerlos. Asimismo, nuestros ancestros no tenían problemas de jubilación porque no vivían lo suficiente para jubilarse. Aparte de cómo dormir toda la noche, y cómo manejar la micción frecuente, las preguntas más comunes que escucho de las personas mayores que se han retirado son: ¿Qué hago ahora? ¿Quién me necesita? O, escucho, ahora que puedo hacer lo que quiero, no sé qué es eso, y realmente no quiero hacer nada.


Algunas personas se embarcan en todos esos planes de "cuando me jubile"... pero la mayoría no lo hace. La mayoría de las personas desarrollan un sentido de inutilidad, y se desvanecen emocionalmente. Esto no es sorprendente por varias razones. Al cerebro no le gusta el cambio. Ir a trabajar todos los días durante 40 años y luego parar de repente es un gran cambio. Esto provoca ansiedad, que en términos del cerebro subcortical es una amenaza, y se procesa como regulación del estrés. Esto se debe a que aunque la sociedad ha cambiado y también nuestras vidas, nuestros cerebros no han evolucionado apenas en los últimos, digamos, decenas de miles de años. Quizá centenares de miles.


En cambio, el cerebro recibe el mensaje "Ya no soy útil -y eventualmente me convertiré en un paria, lo que significa una muerte segura....porque la supervivencia en una especie social depende de la inclusión". De ahí que el viejo cerebro de los mamíferos procese la percepción de la inutilidad y la separación de otros seres humanos después de la jubilación, como si siempre hubiera procesado la amenaza de la exclusión social-, un grave estrés.


Aunque la amenaza es irreal, el cerebro la procesa de la misma manera que si fuera real porque el viejo cerebro quiere sobrevivir ahora, hacer preguntas más tarde, por lo que no puede distinguir entre amenaza real y percibida.


La percepción se basa en dos cosas: la conciencia interoceptiva (cómo sentimos lo que sentimos, en base a lo que sentimos sobre nosotros mismos) y cómo nos vemos reflejados en los ojos de los demás.


Para un individuo que envejece en una sociedad orientada a la juventud, esta última es brutal. Esto es muy estresante para nostros. Este estrés agota la serotonina y da lugar a la depresión, así como promueve otras enfermedades relacionadas con el estrés, como las afecciones cardíacas e inflamatorias.


Reflexión


Con la edad viene la reflexión; con la reflexión vienen las preguntas sobre las opciones de vida. Luego siguen las preguntas realmente difíciles:


  • ¿Soy una buena persona?

  • ¿He sido un ser humano honorable que ha mejorado el mundo?

  • ¿Importaba mi vida?

Entonces tus demonios personales te cuentan tus miedos más profundos y tus secretos más oscuros, como un malvado cuento para dormir, diseñado para mantenerte despierto en lugar de ayudarte a dormir.


Al final, todo se derrite en un mar de desesperación y arrepentimiento que invade tu espíritu. Por supuesto que nos arrepentimos. Sin embargo, si hubiéramos tomado decisiones diferentes, todavía nos arrepentiríamos y nos preguntaríamos si tomamos las decisiones correctas.


Sólo que serían diferentes. Así que la clave es, siéntate con tus miedos, acepta tus decisiones como lo mejor que pudiste haber hecho entonces porque no tienes pruebas de lo contrario.


Entonces déjalo ir, porque tu pasado no va a volver. No importa lo que descubras sobre ti mismo. Lo que importa es el presente es lo que es real, no el futuro, no el pasado. Sólo son reales cuando son el presente.



Sesenta no son los nuevos cuarenta porque ambos están bien como están. Todo lo que tienes que hacer es amarte y aceptarte tal como eres, a cualquier edad, en cualquier lugar, porque todas las edades y lugares tienen sus joyas, piedras, triunfos, tragedias y lecciones.


La vida cambia constantemente como la costa del mar, y ese cambio se llama envejecimiento, y cada cambio tiene sus raras conchas, rocas afiladas y arenas blancas.


El envejecimiento se convierte en un problema sólo cuando uno camina por la playa de hoy con la mente en la costa de ayer, o en la marea de mañana, a diferencia de la costa de hoy, porque así es como uno pisa la piedra afilada, pasa por encima de la arena calmante y pasa por alto las raras conchas.


Permanece, fabuloso y fenomenal!



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